martes, 8 de julio de 2025

PADRE NO HAY MÁS QUE UNO 5: NIDO REPLETO

 

Santiago Segura repite la fórmula de éxito que le ha reportado unos meritorios y cuantiosos ingresos. Si bien, al repasar las sucesivas entregas se aprecia una línea descendente en calidad y frescura, cumple con lo que desea el público. Aquí asistimos a un relato irregular. Comienza con unas escenas grotescas y desangeladas, pero conforme avanza se imponen los gags chispeantes. Le saca partido al tratamiento satírico de las nuevas tecnologías, que acicala con unos acertados toques nostálgicos dirigidos a los adultos. Este tono descacharrante se estropea en los últimos compases con algunas secuencias ridículas. Al cierre mejoran las sensaciones gracias a su simpático epílogo.

En la residencia de la familia García Loyola ya no cabe nadie más. Abuelos, suegros y unos engorrosos parientes políticos han ido llenando la casa. La convivencia resulta difícil y Javier solo sueña con aligerar el nido. Entretanto, a Rocío se le presenta la oportunidad de grabar su primer disco, Dani reza con fervor porque quiere un patinete, mientras que la solícita Rosaura tiene novio y amenaza con marcharse. No serán los únicos conflictos a los cuales deberá enfrentarse este atribulado padre, que cuenta con el incondicional apoyo de Marisa.

PADRE NO HAY MÁS QUE UNO 5: NIDO REPLETO

Igual que en sus predecesoras, alterna con fluidez las peripecias de los distintos personajes, cuyo número ha vuelto a crecer. Los guionistas encuentran unos argumentos que se ajustan perfectamente a sus respectivos caracteres. De esta manera, obtienen el rendimiento cómico que pretenden, aunque no siempre aciertan. Además, remozan chistes que hemos visto en los filmes anteriores.

La reivindicación de la comunicación paternofilial, desplazada por los dispositivos digitales, constituye su principal mensaje positivo. Sin demonizarlos por completo, apuesta por un equilibrio muy aconsejable en estos tiempos. Lo ilustra y justifica mediante unos viejos recuerdos, introducidos por breves flashbacks, en general, bastante tronchantes.

Afortunadamente, sigue apostando por el humor blanco y minimizando los detalles escatológicos, así que, en ese sentido, complacerá a espectadores de cualquier edad.

Los créditos finales van acompañados por unas fotografías que conforman un afectuoso y enternecedor reconocimiento del director a las pequeñas estrellas de la saga.

El nutrido elenco artístico ofrece lo que se espera. Destacan especialmente las intervenciones gamberras de Neus Asensi (Torrente, el brazo tonto de la ley). Y la mayoría de los niños evidencian la experiencia adquirida en estos años.










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