martes, 14 de enero de 2025

VIVIR EL MOMENTO

 

El título invita a pensar en un canto al hedonismo. Sin embargo, procede advertir que únicamente cabe entenderlo a modo de mensaje final o conclusión, ciertamente nada despreciable. La felicidad y el drama se relevan a partes iguales en esta historia profundamente romántica. Su originalidad reside fundamentalmente en el esquema narrativo que propone. Va alternando diferentes periodos de la intensa relación que une a sus dos protagonistas. Ello supone saltar de unos estados anímicos a otros bien distintos. Esa montaña rusa de emociones nunca decae gracias a sus ágiles transiciones. Contribuye a elevar el resultado la magnífica complicidad que manifiestan los actores.

Poco después de divorciarse, Tobías conoce accidentalmente a Almut, una prestigiosa y respetada chef. No tardan en enamorarse y comprometerse. Con el tiempo construyen un hogar, se convierten en padres y hacen frente a nuevos retos profesionales, pero, además, deberán afrontar unos sinsabores para los que nadie está preparado. El destino pondrá a prueba la fuerza del amor que se profesan.

VIVIR EL MOMENTO

El director John Crowley (Brooklyn) reviste de encanto la puesta en escena, tanto que roza la cursilería. No obstante, se esfuerza en renovar y actualizar el tono habitual que se aplica a este tipo de relatos, completando un ejercicio notable. Pasa con fluidez de las secuencias tronchantes a las emotivas aportando siempre una perspectiva muy humana, e incluso minimiza los trances lacrimógenos. Sin duda, la parcela más inspirada corresponde a todo lo que concierne al embarazo y posterior parto.

La idea del carácter efímero de las intensas experiencias que hilvana recorre el filme. Algo que se encarga de subrayar especialmente el hermoso epílogo.

En cuanto al tratamiento de los personajes, la balanza se decanta claramente por la esforzada madre y cocinera. El recorrido interior que las circunstancias le obligan a realizar constituye el pilar de un guion donde se suceden con criterio sensaciones opuestas, tal como nos impone la vida.

El esmerado montaje permite agilizar su desarrollo, aligerando los 107 minutos de metraje.

La conexión actoral entre Andrew Garfield (Hasta el último hombre) y la solicitada Florence Pugh (Viuda Negra, Oppenheimer) es total. Ambos brillan en sus respectivos papeles. Por su parte, Lee Braithwaite, que debuta ante las cámaras, se luce en el rol de pinche.



Vivir el momento, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0




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