El tono contemplativo e intimista preside esta premiada producción india. La directora Payal Kapadia ofrece, desde una perspectiva femenina, unos detalles cotidianos que serán particularmente significativos para quienes vean la película con los ojos de otras culturas. En varios momentos parece un documental, ya que presta especial atención a los aspectos costumbristas, muy presentes durante todo el metraje. Altera la narración con algunas ensoñaciones alegóricas que descolocan. Sin alejarse de la serenidad con que transcurre, los episodios auténticamente emotivos surgen en los minutos finales; aun así, su desenlace resulta discreto.
Prabha ejerce de enfermera en Mumbai. Su marido se marchó a Alemania y hace años que perdió el contacto con él, pero oficialmente sigue casada. La joven Anu mantiene en secreto una relación con Shiaz, de origen musulmán. Mientras Parvaty, que trabaja en el mismo hospital, piensa volver al pueblo del que procede porque la quieren desahuciar.
Aunque entrecruza tres historias, invita a pensar que con esos mimbres argumentales podría haber dotado al filme de un desarrollo más enérgico. Alarga los preámbulos y tardan en aflorar las circunstancias conflictivas. El hecho de que en la primera hora predominen las secuencias nocturnas y el propio cariz del relato le confieren una marcada impronta melancólica.
El público occidental apreciará la denuncia solapada sobre la situación de la mujer en aquellos lares, que incluso debe aceptar con resignación los matrimonios concertados. Igualmente, al margen del patriarcado, las imposiciones religiosas marcan profundamente el carácter social. Alude también a la gentrificación, auspiciada por la siempre insensible especulación. Ello se traduce en un sufrimiento silencioso contra el que cuesta rebelarse. Además, contrasta que en una ciudad superpoblada, la soledad se extienda entre muchos de sus habitantes.
La fotografía insufla a las imágenes un ligero aire poético. La música funciona de manera desigual. Sin negar la belleza de la banda sonora, en ocasiones se introduce a destiempo o adquiere una relevancia improcedente.
Las actrices protagonistas (Kani Kusruti, Divya Prabha y Chhaya Kedam), hasta ahora con escasa proyección internacional, convencen en unos papeles exigentes que les obligan a transmitir sus tribulaciones íntimas sin necesidad de verbalizarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario