martes, 28 de enero de 2025

BABYGIRL

 

Retoma un género, el erótico, que vivió su esplendor comercial durante los años 80 y 90, e intenta ligar el mensaje de liberación femenina con conflictos actuales. Afortunadamente no cae en la tediosa reiteración de Cincuenta sombras de Grey (2015), pero tampoco satisface las expectativas que apunta el planteamiento. Aquí la protagonista presenta una complejidad emocional que se extiende a diferentes esferas. No se estanca en los encuentros sexuales, que se prestan a varias lecturas, y evoluciona hacia terrenos delicados. No obstante, los instantes finales invitan al espectador a especular sobre unos aspectos cuyo desarrollo podría haber mejorado esta tibia y olvidable historia.

Romy, una respetada ejecutiva casada y madre de dos hijas, parece tener la vida perfecta. En la empresa de tecnología industrial donde trabaja dirige con mano firme su departamento. Esa imagen tan sólida esconde deseos reprimidos y frustraciones íntimas. Cuando en las oficinas aparece el nuevo becario, el atractivo Samuel, se ve sorprendida por el desparpajo y atrevimiento del joven. No tardará en sucumbir a sus encantos, comenzando un tórrido affaire que podría poner en peligro todo cuanto posee.

BABYGIRL

Transita por el thriller psicológico y el drama personal sin cuajar en ninguna vertiente, e incorpora ocasionalmente algunos acertados contrapuntos cómicos. Centra la atención en esta directiva y deja muchos vacíos acerca del recién llegado a la compañía. El propio desenlace aumenta las dudas, perjudicando las últimas sensaciones que provoca en el público. La realizadora y guionista holandesa Halina Rejin ha perdido la oportunidad de darle una mayor entidad al relato.

Se ha esforzado tanto por explicar las llamativas contradicciones de esta mujer triunfadora, que descuida al resto del elenco. Quienes le acompañan resultan bastantes superficiales, especialmente el atento marido. Además, el cierre no depara grandes sorpresas, antes al contrario.

Ese papel principal gana en la pantalla por la irreprochable interpretación de Nicole Kidman. Aprovecha plenamente las posibilidades de lucimiento que le brinda y se convierte en el valor fundamental del filme. Harris Dickinson (El triángulo de la tristeza) cumple con las exigencias básicas de su rol, y Antonio Banderas mantiene el tipo discretamente, en consonancia con el estrecho margen del que dispone para brillar.

Respecto a los apartados técnicos, destacan los sugerentes espacios por los que transcurre la acción y el vestuario de la actriz australiana.



Babygirl, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0






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