La directora Juana Macías (Embarazados) regresa al drama con esta historia inspirada en hechos reales que contiene un fuerte contenido de denuncia social. Al estar tan próxima a los acontecimientos realmente ocurridos, que fueron noticia en la Navidad de 2019, multiplica sus efectos desoladores. Con todo, los mensajes que aparecen a la conclusión son todavía más desesperanzadores. Y si loable ya es su propósito, en el apartado artístico merece también el reconocimiento por haber encontrado a unas actrices debutantes absolutamente creíbles.
Jara, Álex y Miranda han crecido en un centro de menores. Distintos problemas y circunstancias familiares las llevaron allí, donde los educadores tratan de darles el cariño que no tuvieron en sus hogares. Las tres se sienten prácticamente como hermanas y comparten aficiones e inquietudes. Ahora, desean fervientemente asistir al concierto de la artista que idolatran, pero las entradas cuestan 80 euros y no pueden pagarlas. Será entonces cuando la China, que fue compañera suya, les proponga una forma de ganar dinero fácil; ignoran los peligros a los cuales se exponen.
En los compases iniciales se impone el aire desenfadado que aportan las protagonistas. Intuimos sus pesares, fortalezas y debilidades, especialmente mediante un eficaz recurso narrativo: escuchamos en voz alta lo que piensa cada una de las otras, realizando unas descripciones muy completas.
Cambia el tono al atender a las conflictos que soportan en sus respectivas casas durante los permisos del fin de semana. El guion, tras dedicarse a facilitar la empatía con ellas en los primeros minutos, consigue que estas situaciones se tornen incomodas desde la distancia del patio de butacas. Esa sensación crece exponencialmente a continuación. Escenifica sin artificios la manera en que unas ingenuas adolescentes pasan a ser víctimas de tipos depravados económicamente poderosos.
La principal virtud de esta cinta reside en recrear una cruda realidad sin ánimo sensacionalista; incluso se ahorra imágenes escabrosas; lo que no impide su contundencia.
Julieta Tobío, Salua Hadra y María Steelman, al igual que el resto del novel reparto, se ganan los mayores elogios. El mismo mérito cabe atribuirle al equipo responsable del casting realizado en toda España a lo largo de un año.
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