martes, 8 de octubre de 2024

MEGALÓPOLIS

 

Francis Ford Coppola (El padrino) firma esta superproducción fastuosa que, paradójicamente, ofrece una historia farragosa. Sus aires épicos se ajustan a su ambiciosa propuesta. Convierte los Estados Unidos en un trasunto del Imperio romano, donde las luchas de poder y las conspiraciones mueven a los protagonistas. Sin embargo, estira demasiado la trama, generando confusión y hartazgo. El largo elenco de intérpretes sobradamente contrastados no evita que la proyección se eternice. Pese a las virtudes técnicas que muestra, cuesta aguantar los 138 minutos de metraje.

César Catilina mantiene una agria disputa con Cicero, el alcalde de Nueva York, porque pretende construir Megalópolis. Levantar este moderno complejo residencial, que él mismo ha diseñado con detalle, requiere demoler varios edificios del centro de la ciudad. Ello no impide que Julia, la hija del regidor, se sienta atraída por el enemigo de su padre. Por otro lado, el sibilino Clodio incita a los desfavorecidos y desahuciados para que le apoyen. Tal propósito exige traicionar a sus familiares más cercanos.

MEGALÓPOLIS

El relato sigue el esquema de algunas tragedias shakespearianas y recrea una sociedad futura decadente. Maximiza las rivalidades políticas y la polarización de la que somos testigos hoy. Los mandatarios enfrentados representan dos mentalidades abiertamente contrapuestas. Las expone al factor populista, que simboliza un joven codicioso, oportunista y manipulador. Tampoco falta el conflictivo apartado romántico. Con todo, la narración sufre unos perceptibles altibajos y acaba resultando tediosa.

Partiendo de ese fondo argumental, reviste la puesta en escena con las hechuras propias del ostentoso péplum hollywoodense. Las influencias de Ben-Hur y Gladiator son evidentes en lo que a la dirección artística se refiere. Basta con escuchar la banda sonora, deudora del estilo que creó Miklós Rózsa. No obstante, conjuga elementos inspirados en la Antigüedad con la tecnología avanzada.

En cualquier caso, tan colosal despliegue, no colma las expectativas generadas. Los 140 millones de dólares invertidos se antojan desaprovechados.

Buena parte del presupuesto corresponde al estelar reparto con el que cuenta. Adam Driver intenta salvar su participación dignamente, aunque a veces el guion no le acompaña. Solo Nathalie Emmanuel (Arthur, Fast & Furious) está a su altura. Por debajo quedan Giancarlo Esposito (The Mandalorian), Aubrey Plaza (Operación Fortune: El gran engaño) y un histriónico Shia LaBeouf (Transformers). No llegan a lucirse los reputados veteranos Jon Voight, Dustin Hoffman (Cowboy de medianoche) y Talia Shire (Rocky).



Megalópolis, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0







No hay comentarios:

Publicar un comentario