martes, 29 de octubre de 2024

LA GRAN ESCAPADA

 

Si en enero se estrenaba El último soldado, con Pierce Brosnan al frente del reparto, ahora llega esta película que recrea la misma historia real. Aquí, Michael Caine (91) aporta su indiscutible carisma y oficio. Por otra parte, el relato no se detiene tanto en los imprevistos del trayecto y prefiere potenciar las facetas emotivas del caso. Las matiza con unas ligeras pinceladas de humor y deja unos mensajes antibelicistas rotundos, que no deberían caer en saco roto. «¡Qué desperdicio!», dice el protagonista entre lágrimas al visitar un cementerio con casi 5.000 tumbas donde yacen los restos mortales de jóvenes caídos en Normandía.

Hove, junio de 2014. Bernard Jordan, marinero de la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial, desea asistir a las celebraciones del Día D. Se cumplen 70 años del desembarco y siente que no puede faltar. Eso supone viajar desde el suroeste de Inglaterra hasta Francia. Animado por su mujer, abandona la residencia de mayores en la que viven sin avisar a los cuidadores del centro. Ya en el ferri entabla amistad con el amable Arthur, otro veterano como él que le invita a compartir alojamiento. Al pisar nuevamente la playa de Omaha, le asaltan unos terribles recuerdos.

LA GRAN ESCAPADA

La introducción resulta sumamente entrañable. Trata con ternura y cariño la relación del anciano matrimonio. La carga dramática del film termina recayendo en el aventurero nonagenario. Nos acerca a un trauma que no ha podido superar. Traza el camino hacia la redención con episodios muy emotivos. Extiende los remordimientos y el pesar a excombatientes de ambos bandos, deparando secuencias conmovedoras.

Alterna el seguimiento del mediático periplo con la atención que dedica a la esposa. El guion se sirve de ella para incorporar unas eficaces notas cómicas y algunas inspiradas reflexiones. Además, rememora los primeros encuentros con quien se convirtió en su marido. Esos flashbacks escenifican los albores de un bonito romance que tiene continuidad en la edad otoñal. Este apartado, que une el pasado con el presente, es de los mejor resueltos y alcanza incluso al acertado epílogo.

El director Olivier Parker (Otelo, El retrato de Dorian Gray) se preocupa especialmente por captar los elocuentes gestos de los intérpretes. La música compuesta por Craig Armstrong secunda las virtudes de una realización solvente.

El actor británico llena la pantalla, pero idéntico reconocimiento merece la desaparecida Glenda Jackson (Un toque de distinción, Mujeres enamoradas). Los pocos minutos en los que coinciden son fantásticos. Goza de una breve participación, el alemán Wolf Kahler, que parece retomar su papel de En busca del arca perdida.



La gran escapada, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0






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