martes, 15 de octubre de 2024

EL ASPIRANTE

 

Aunque no estamos ante una película de terror juvenil, contiene aspectos que recuerdan a aquellas cintas nacionales estrenadas en los 90 siguiendo los exitosos patrones estadounidenses. Esta historia, que también recorre algunos escenarios cerrados lúgubres y tenebrosos, apuesta fundamentalmente por el suspense. Juan Gautier dedica su primer largometraje de ficción a las novatadas, un tema del cual se habla poco y que ya apenas aparece en la gran pantalla. Como cabe intuir, la intriga juega con la tensión psicológica. Sin embargo, antes de alcanzar el desenlace se advierten unos evidentes altibajos y por momentos la trama resulta demasiado lineal.

Carlos y Dani acaban de ingresar en la Residencia Universitaria Tolentino. Pronto se enfrentarán a una jornada frenética. Los veteranos, cumpliendo con un antiguo ritual, les someterán a unas bromas vejatorias. Nadie les obliga a participar, pero deciden hacerlo para no quedar señalados e integrarse rápidamente en el colectivo. Deberán soportar estoicamente pruebas muy humillantes durante 24 horas; no obstante, está totalmente prohibida cualquier manifestación de violencia física. Conforme pasa el día, la situación va enrareciéndose y las reacciones se descontrolan.

EL ASPIRANTE

Se precipita en los compases iniciales, comenzando por la presentación de los dos protagonistas y la amistad que entablan inmediatamente. Solo después conocemos ciertos detalles sobre su procedencia. Le basta con describir sus distintas formas de ser: uno apocado e inseguro, el otro fuerte y audaz. Recalca ese contraste repetidamente con intención de extrapolar lo que sucede en un ámbito reducido a amplias esferas sociales y laborales.

El guion estructura el relato en diferentes capítulos que marcan el paso del tiempo. Si bien las elipsis que aplica le confieren agilidad narrativa, se producen unos saltos bruscos. Aun aceptando ese esquema, provoca la sensación de asistir a un filme deslavazado.

Alterna circunstancias anecdóticas con episodios que encorajinan. Plantea relaciones de sumisión o rebeldía que aportan diversas lecturas. Así, extiende sus loables propósitos a la denuncia del machismo, el racismo y la misoginia que se manifiestan en ese microcosmos, reflejo de una triste realidad.

Los últimos minutos sorprenden con el único giro verdaderamente eficaz e inesperado por la manera en que se resuelve.

Se aprecia el esfuerzo realizado por los prometedores Jorge Motos (serie Mentiras pasajeras) y Lucas Nabor (Todos los hombres de Dios).



El aspirante, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0







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