miércoles, 17 de julio de 2013

THE EAST


Interesante película que pone sobre la mesa temas que invitan a la reflexión y al debate más allá de la intriga particular que escenifica. Una propuesta argumental singular que explora nuevas posibilidades en el terreno del thriller y que sólo peca de una falta de profundidad y contundencia en su resolución porque no acaba de cerrar adecuadamente los conflictos planteados. 

La trama tiene como personaje central a una antigua agente del FBI contratada por una empresa que presta servicios a grandes corporaciones. Su misión consiste en infiltrarse en un grupo ecologista que ataca de forma contundente a los responsables de multinacionales cuyas actividades contaminan y perjudican la salud de terceros ajenos a ellas.

Muy claramente desde su planteamiento, presenta sin rodeos los fundamentos de la controversia ética en que se sustenta la intriga. Así, contrapone la falta de miramientos de unas compañías cuyos directivos sólo piensan en los rendimientos económicos, ignorando los posibles efectos dañinos sobre la naturaleza y la salubridad, con el proceder violento de estos activistas.

Aunque resulten ficticias, crea unas referencias más o menos reconocibles que merecen una condena unánime y una actuación efectiva por parte de la Administración y de la Justicia, pero en una coyuntura permisiva, se traslada a los más radicales la aplicación de la ley del talión. Una disyuntiva moral que queda perfectamente reflejada en la protagonista. 

No obstante, deja la sensación de que sus presupuestos podrían haber dado aún para un resultado más estimable porque pierde vigor en su tramo final pecando de tibieza y quedándose más en lo superficial.

El film ha contado con un elenco de jóvenes actores muy metidos en sus papeles, comenzando por Britt Marling, también coguionista, que gestiona bien la pequeña transformación de su personaje y las dudas que le genera lo que está haciendo. Un trabajo que se ve ensalzado por las interpretaciones de Alexander Skarsgård y una siempre eficaz Ellen Page. A ellos hay que sumar las intervenciones de Patricia Clarkson y Julia Ormond en cuidados roles secundarios.

Estreno recomendable que, por su factura independiente y escasa publicidad, puede pasar injustamente desapercibido.


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