martes, 2 de julio de 2013

ANTES DEL ANOCHECER


Richard Linklater cierra con esta película una trilogía que comenzó en 1995 con una película eminentemente romántica, ‘Antes del amanecer’ y que tuvo su continuidad en 2004 con ‘Antes del atardecer’, un poco más madura. 

Ahora llega este broche que, como no podía ser de otro modo, ofrece la perspectiva de una relación que ha quemado muchas etapas. Una visión desprovista de la chispa y la ilusión del pasado pero retratada de una manera suficientemente inteligente e igualmente brillante para no excluir el amor, sino transformarlo y matizarlo poniéndolo a prueba.

Así, los diálogos vuelven a ser su punto fuerte, pero en esta ocasión, con un metraje que se extiende a la hora y tres cuartos, se pone de manifiesto que algunas escenas iniciales se alargan en exceso y cargan la cinta innecesariamente.

Tampoco los paisajes urbanos de Vienna y París tienen el encanto de las montañas y ruinas del sur del Peloponeso, pese a que las localizaciones adquieran una significación metafórica.

Con todo, estos pequeños reparos quedan sobradamente compensados con un tramo final absolutamente inspirado y genial, aunque se desarrolle en la habitación de un hotel. El guión profundiza con acidez en los apartados más descarnados de la pareja a través de unos reproches de los que se sirve perfectamente para reproducir de manera muy talentosa algunos tópicos vinculados a la guerra de sexos con los que es muy fácil identificarse. Además, unas gotas de corrosiva ironía aderezan adecuadamente el conjunto que no renuncia a poner alguna sonrisa en el espectador.

Ethan Hawke, y Julie Delpy desarrollan un trabajo encomiable que tiene el mérito añadido de haber hecho evolucionar a sus personajes de una manera muy adecuada y mantener siempre la química perfecta en cada una de sus fases.

Si se vieron los títulos anteriores este se antoja imprescindible y, si no, es un buen momento para recuperarlos.


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