El retorno de 'Superman' a la gran pantalla llega en clave de producción megalómana, al más puro estilo comercial del Hollywood de hoy, con una historia de tintes clásicos que comienza bien para acabar convirtiéndose en la típica película de arrolladores y excesivos efectos especiales que saturan las imágenes y difuminan su fondo.
El preámbulo de la historia que nos lleva hasta Krypton, cuenta con una puesta en escena de ciertos aires nostálgicos porque trae al recuerdo algunos títulos ochenteros del género fantástico que tanto se prodigaron en aquellos años. Una introducción bien construida desde el guión, dotada de la entidad adecuada que hace esperar lo mejor.
Unas sensaciones que no tienen siempre la continuidad deseable cuando el relato desciende a la Tierra y nos acerca al protagonista, quien recuerda su infancia y las tribulaciones que le atormentan. Esas escenas de su niñez, especialmente en lo que toca a la relación con sus padres adoptivos, también se presentan con un tono de sensibilidad que se agradece. Sin embargo, poco a poco, los acontecimientos se precipitan, a veces sin una justificación adecuada, recurriendo a unas elipsis que dejan preguntas en el aire sobre la sucesión de los acontecimientos.
También se echa en falta un contrapunto de ironía y humor de este 'hombre de acero' que, por contra, adquiere unos aires casi mesiánicos y se presta a una lectura religiosa. Con todo, tanto sobre su figura como en el de la periodista Louis Lane, se ha realizado una actualización para eliminar matices que hoy estarían fuera de lugar si atendemos a los cómics originales u a otras versiones cinematográficas.
Henry Cavill, que guarda un cierto parecido con el añorado Christopher Reeve, resulta demasiado gélido y casi merecen más atención quienes encarnan a la figuras paternales: Kevin Costner, que aprovecha sus minutos y un sobrio Russell Crowe, con un rol que en la resolución tiene más protagonismo del que resultaría aceptable.
Se unen a ellos, un muy convincente Michael Shannon como el malvado de turno, Diane Lane y Lawrence Fishburne.
Un título que, pese a contar con Christopher Nolan como productor, no llega a tener la proyección y calidad de los últimos 'Batman' que él dirigió. Habrá que esperar una nueva oportunidad para superar la referencia ya clásica del largometraje que Richard Donner estrenó en 1978.
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