martes, 8 de julio de 2025

JURASSIC WORLD: EL RENACER

 

No ofrece nada nuevo con respecto a las anteriores entregas de la saga. Su principal aliciente reside en la irrupción de unas criaturas gigantescas y algunas deformes; sin embargo, la historia es tópica, repite situaciones muy vistas e intenta tapar sus limitaciones con varios homenajes a la exitosa película dirigida por Steven Spielberg. 32 años después la fórmula se antoja agotada. Aun así, salvo unos perceptibles altibajos, mantiene un ritmo aceptable y cumple con lo que espera el público familiar en esta época estival.

A pesar de los esfuerzos realizados, los dinosaurios únicamente han sobrevivido en la zona ecuatorial. Una organización farmacéutica pretende obtener el ADN de las tres especies más grandes que existen. Si consigue estas muestras, podrá fabricar unos medicamentos que curarán las enfermedades cardiovasculares. Con tal intención, el representante de la compañía, Martin Krebs, contrata a especialistas en distintos ámbitos. Aterrizan en Surinam y piensan navegar hasta encontrar a los animales en su hábitat natural, ignorando los riegos que corren. Encabeza la expedición la aguerrida Zora Bennett, experta en operaciones encubiertas.

JURASSIC WORLD: EL RENACER

Tras un breve preámbulo, que cobra mayor sentido posteriormente, nos avanza las líneas maestras de la trama con una sola secuencia. Esa agilidad minimiza los preámbulos, aunque no siempre la extiende al resto del metraje. Dedica los compases iniciales a conformar el equipo de expedicionarios, sin apenas profundizar en ellos. De hecho, permite intuir, sin temor a equivocare, quienes serán las primeras víctimas.

Al abrirse a la acción desvela una de sus bazas esenciales. Emergen diversos reptiles mutantes, fruto de unos experimentos fallidos, que constituyen la única novedad del filme. En esa parcela se aprecian ciertas creaciones aceptables, pero otras encajan con dificultad y rozan lo grotesco. Aparece un tiranosaurio que recuerda inmediatamente al monstruo de Alien, el octavo pasajero.

Cuanto sucede en los últimos minutos resulta previsible y le falta un epílogo que redondee la aventura. Tampoco hay ninguna escena adicional al acabar los créditos de cierre. Con todo, acierta al introducir advertencias puntuales sobre la rebelión de la naturaleza y las ambiciones desmesuradas que causan graves desigualdades.

A estas alturas, las inserciones digitales ya no provocan las sensaciones de antaño, sin que quepa achacarlo a la meritoria labor desarrollada por los diseñadores gráficos.

Scarlett Johannson se convierte en un reclamo de garantías. La actriz se vale de su contrastado carisma y saca adelante un papel poco exigente. Destaca también la participación de Mahershala Ali (Moonlight, Green Book).










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