martes, 24 de junio de 2025

CÓMO ENTRENAR A TÚ DRAGÓN

 

Ofrece de principio a fin el espectáculo que espera el público familiar. Replica y mejora varios aspectos del largometraje de animación estrenado en 2010. DreanWorks copia la fórmula de Disney y transforma en acción real la que ya era una película muy notable. Tanto el diseño de producción como los efectos digitales, perfectamente integrados en las imágenes, evidencian su excelente factura técnica. No resulta descabellado, antes, al contrario, que se hayan invertido, al menos, 150 millones de dólares. Con esos mimbres consigue desarrollar un relato vibrante, que nunca decae. Además, conserva los mensajes positivos dirigidos fundamentalmente a los niños

En la escarpada Isla Mema los vikingos están en guerra contra los dragones; unas hostilidades que se remontan a muchas generaciones atrás. A Hipo, el hijo del jefe, le gustaría ser el guerrero que desea su padre, pero no tiene las aptitudes necesarias. El destino y su buen corazón le llevarán a entablar amistad con una de esas temibles criaturas, al que llama Desdentao. Juntos desafiarán a las creencias ancestrales, lo que al joven le supondrá el desprecio absoluto de los suyos. Sin embargo, cuando un peligro inimaginable amenace con aniquilarlos a todos, se verán obligados a intervenir.

CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN

Los potentes preámbulos adelantan sus virtudes más destacadas. La aparatosa batalla que abre el filme introduce a los personajes principales sin dar respiro. Seguidamente, alterna episodios trepidantes con secuencias que arman la defensa de nobles valores. La lealtad, la comprensión mutua en las relaciones afectivas y la respetuosa convivencia con la naturaleza son algunos de ellos.

El guion profundiza en los protagonistas y cuida debidamente a los distintos secundarios, quienes aportan agradecidas dosis de humor o engrandecen la épica de la aventura que nos cuenta.

Aceptando sus presupuestos fantásticos y las licencias históricas que alteran ciertas características esenciales de aquellos pueblos nórdicos, no cabe oponer ningún reparo.

La música elaborada por John Powell insufla mayor energía y belleza a las escenas. Sus melódicos motivos se aprecian en la larga suite que acompaña a los créditos de cierre, rematados por una pequeña propina.

El elenco supone otro acierto. Mason Thames (Black Phone) muestra carisma y unas prometedoras tablas interpretativas. Gerard Butler vuelve a ejercer de tipo duro, esta vez con unos apropiados matices cómicos. Se luce igualmente Nick Frost (Arma fatal).

Dean DeBlois, artífice de sus predecesoras, ha acertado plenamente con esta nueva adaptación. La obra de la escritora británica Cressida Cowell regresa a los cines con el éxito justamente asegurado.










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