martes, 17 de junio de 2025

BLINDADO

 

David Yarovesky, el director de la peculiar e inquietante El hijo, regresa a las salas con este aceptable thriller. Contiene también elementos singulares; no obstante, estamos ante una película menos estimulante que la citada cinta de terror. Mantiene bien el suspense y consigue trasladar al espectador unas sensaciones angustiosas. Dosifica las sorpresas y crece en intensidad, aunque su desenlace resulta tan correcto como discreto; no guarda ninguna pirueta que impresione. Sus méritos menguan algo más por tratarse de un remake del filme argentino 4x4 (2019). Por otra parte, el corto y contrastado elenco rinde al nivel esperado.

Eddie Barrish lleva unos años divorciado, tiene una hija pequeña y carece de recursos económicos, así que se dedica a cometer pequeños hurtos. Los coches de alta gama son su principal objetivo; sin embargo, se equivoca al escoger un flamante SUV negro. Accede al interior con facilidad, pero se queda atrapado dentro. Las puertas no responden y tampoco logra romper los cristales de las ventanas; ignora el calvario que le espera. Ha caído en la trampa que había preparado el dueño del blindado, quien parece dispuesto a tomarse la justicia por su mano.

BLINDADO

No alarga las presentaciones y en los primeros cinco minutos describe con detalle al protagonista. Sin dilaciones, lo coloca en una situación delicada que se va volviendo insostenible y asfixiante. No tarda en introducir al maquiavélico propietario, abriendo diversas posibilidades sobre sus oscuras intenciones; incluso invita a pensar que es un retorcido psicópata.

Establecido el pulso desigual entre el captor y su víctima, el guion evidencia ciertos altibajos. Recurre con insistencia a los mismos resortes y estira las discusiones filosóficas de carácter político-social. Los personajes enfrentados verbalizan unos mensajes de calado, siempre debidamente argumentados, pese a defender ideologías opuestas.

Mediado su mesurado metraje, incorpora circunstancias novedosas e imprevisibles que espolean los compases finales.

Las nuevas tecnologías cumplen un papel fundamental, aquí ligadas al automóvil, el vistoso Dolus, diseñado expresamente para esta producción. Además, utiliza varias piezas de música clásica y folclórica que se integran perfectamente en la acción desde la pantalla digital del vehículo.

Bill Skarsgård (It, Nosferatu), ahora sin maquillaje, demuestra su versatilidad. La actuación de Anthony Hopkins se apreciará mejor en versión original, porque no aparece físicamente hasta el último tramo; antes, únicamente le escuchamos hablar.









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