martes, 25 de marzo de 2025

BLANCANIEVES

 

La adaptación del clásico de Disney estrenado en 1937 se salda con un correcto y vistoso filme dirigido al público familiar. Los propios estudios vuelven sobre el cuento de los hermanos Grimm incorporando varias novedades acordes con los tiempos actuales. En ese apartado, no siempre acierta, si bien los cambios lo hacen algo menos previsible. Por su parte, la irreprochable factura que exhibe responde a los 250 millones de dólares invertidos y logra seducir al espectador con unas imágenes muy logradas.

Los instantes iniciales ya avanzan el virtuosismo técnico que preside la cinta. La colorida coreografía que se representa en esos compases, con claras reminiscencias a La bella y la bestia (2017), eleva las expectativas. Tras los idílicos preámbulos, el relato, que en líneas generales respeta los aspectos esenciales del largometraje original, gana entidad con la irrupción de la malvada reina.

BLANCANIEVES

La primera sorpresa llamativa llega cuando aparecen los siete enanitos; unos personajes creados digitalmente tomando las facciones de los actores que les ponen voz. No obstante, se integran perfectamente en la acción. La segunda afecta al príncipe azul, aquí reemplazado por el apuesto Jonathan; un trasunto fiel de Robin Hood.

Remoza la historia introduciendo detalles que sintonizan con un sentir igualitario. La mayoría encajan convenientemente, pero otros resultan forzados. Así, la protagonista y sus anfitriones comparten ahora labores domésticas en la casita del bosque. A una intención similar se ajustan los escarceos románticos previos al famoso beso milagroso del desenvuelto galán.

Las canciones compuestas por Benj Pasek y Justin Paul (La ciudad de las estrellas (La La Land), El gran showman) nunca superan a las tarareadas melodías de la película animada, que afortunadamente recupera esta producción; únicamente destaca el tema Waiting On A Wish.

Los elementos reales se funden con las recreaciones infográficas, evidenciando la misma solvencia que esta ingente factoría cinematográfica ha acreditado en ocasiones anteriores.

Rachel Zegler (West Side Story, Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes) demuestra de nuevo sus dotes vocales y da la talla en el papel. Sin embargo, la ensombrece el carisma de la imponente Gal Gadot (Wonder Woman) en las secuencias que comparten. El joven Andrew Burnap cumple como pícaro enamorado, pese a su todavía corta experiencia ante las cámaras.



Blancanieves, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0





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