El actor Gilles Lellouche (Conexión Marsella, Bienvenidos al barrio, Goliath) se supera sensiblemente con el segundo largometraje que dirige en solitario tras la comedia El gran baño (2018). Las casi 300 páginas de la novela Jackie Loves Johnser OK? (1997), del escritor irlandés Neville Thompson, se traducen en 166 minutos intensos, aunque la historia no sea demasiado original. Hará las delicias del aficionado al género romántico, especialmente en su fantástica primera parte. Luego, al virar hacia el thriller violento y el drama intimista, abusa de los tópicos. El reparto, compuesto por actores veteranos y noveles, constituye un valor esencial; acapara seis de las trece nominaciones a los Premios César que ha logrado esta producción.
Jackie, huérfana de madre desde niña, está muy unida a su padre. Al empezar el instituto conoce a Clotaire, el chico rebelde del centro que nunca pisa la clase. No tardan en enamorarse; sin embargo, seguirán caminos distintos. El joven terminará uniéndose a la banda de un mafioso que planea unos calculados atracos. Ella intentará abrirse camino lejos de quien acaba convirtiéndose en una mala influencia. Al cabo de diez años volverán a encontrarse en otras circunstancias.
La vibrante introducción, que antecede a los créditos, es el apartado más discutible del filme. Resulta innecesaria al avanzar el desenlace, lo cual resta incertidumbre a la trama. Además, cuando finalmente la película regresa a ese punto desconcierta por completo al espectador y ratifica lo absurdo del preámbulo.
Dejando al margen tal apreciación, al recrear la adolescencia de los protagonistas proyecta frescura, pasión y ciertos aires nostálgicos. Pese a su manido planteamiento, engancha la agilidad narrativa y la cercanía que transmiten ambos. En ese aspecto procede destacar el sorprendente trabajo que realizan los debutantes Malik Frikah y Mallory Wanecque. Generan una química absolutamente convincente, encarnando con desenvoltura los vaivenes que sufre la relación.
En la etapa adulta trata a los personajes por separado y de manera diferente sin perder la intensidad. La parcela delictiva, centrada en una brutal guerra entre bandas, evidencia influencias del mejor cine negro francés y replica su contundencia. Lo equilibra con unas tribulaciones sentimentales que terminan tocando la fibra sensible. En este tramo se aprecian las buenas interpretaciones de Adèle Exarchopoulos (El reflejo de Sibyl) y François Civil (Los tres mosqueteros: D'Artagnan).
En roles secundarios cumplen los contrastados Alain Chabat (Increíble pero cierto), Benoît Poelvoorde (Los colores del incendio), Vincent Lacoste (Los buenos profesores) y Élodie Bouchez (La vida soñada de los ángeles).
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