martes, 17 de diciembre de 2024

CUANDO CAE EL OTOÑO

 

El talento del director francés François Ozon vuelve a brillar en su nueva película. El guion, merecidamente premiado en el pasado Festival de San Sebastián, transita por diversos géneros con unos argumentos absorbentes. Combina el drama familiar con la comedia y el thriller de manera ingeniosa. Cede al espectador la resolución de algunas incógnitas. Le invita desde el principio a entrar en un juego de sospechas y sorpresas. Predomina siempre una mirada entrañable, incluso en los momentos teóricamente más tristes. Al finalizar la proyección, seguramente, se abrirá la reflexión y el debate sobre ciertos matices intencionadamente ambivalentes.

Al jubilarse, Michelle Giroud abandonó París y se instaló en un pueblo de Borgoña, rodeada por la naturaleza. Allí vive también Marie-Claude Perrin, con quien le une una amistad fraternal. Sin embargo, ese feliz panorama se ve alterado cuando llega su hija Valérie. Esta joven desagradecida y distante le comunica que se ha divorciado recientemente. Tal situación le disgusta profundamente porque la alejará del pequeño Lucas, el nieto al que adora. El padre del niño trabaja en el extranjero y pasará largas temporadas con él. Inesperadamente, diversas fatalidades parecen aliarse con sus deseos.

CUANDO CAE EL OTOÑO

Sin precipitarse, describe con detalle a la protagonista y se recrea en el idílico entorno por donde discurre principalmente el relato, teñido de colores otoñales. Esos sosegados compases iniciales no invitan a pensar en la serie de acontecimientos truculentos que se sucederán poco después. Curiosamente, los episodios desgraciados se escenifican sin abandonar la calma y la resignación que manifiestan los personajes. Camufla detalles propios del cine negro con unos sutiles y eficaces recursos narrativos.

En la amable anciana convergen sentimientos e instintos encontrados: los malos pensamientos, el arrepentimiento, el altruismo y unos despistes, o no, potencialmente letales. Recuerda, guardando las distancias, a las venerables tías de Mortimer Brewster en Arsénico por compasión (1944).

Fiel a los patrones del género, introduce en los últimos minutos unos ligeros giros que multiplican las suspicacias.

Las veteranas actrices Hélène Vincent (El doctor de la felicidad) y Josiane Balasko (Vuelta a casa de mi madre), comparten las mejores secuencias del filme, demostrando una complicidad total. Cabe destacar además la participación del convincente Pierre Lottin (El triunfo).



Cuando cae el otoño, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0







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