martes, 24 de septiembre de 2024

REINAS

 

Podría parecer una película más sobre adolescentes y problemas familiares. Sin embargo, la época y lugar donde se sitúa, unos personajes empáticos, cada uno a su manera, sus ligeros contrapuntos cómicos, así como la entrañable naturalidad que recorre la cinta, en un contexto muy tenso, le confieren singularidad e interés. La historia opone la frescura y la sencillez al negro panorama político que la envuelve, habitual en casi toda Sudamérica no hace tanto tiempo. Profundiza con tacto en las encrucijadas emocionales de los protagonistas sin abandonar el talante comprensivo y benevolente que impera desde el inicio.

Lima, 1992. Perú vive unos días difíciles, con los militares controlando las calles y el toque de queda en vigor. Son muchos los ciudadanos que emigran al extranjero movidos por el miedo a lo que pueda pasar. Eso mismo planea Elena, mudarse a Estados Unidos. Antes, necesita que su exmarido Carlos autorice el viaje de sus dos hijas. Aunque ambos mantienen una relación cordial, a este humilde taxista, soñador y optimista, no le convence nada distanciarse de las chicas. Tampoco, Aurora, que ya es adolescente, quiere marcharse de allí.

 

El film se abre con un presentador que anuncia las subidas desmesuradas de los precios, anticipando la delicada situación del país. Ahora bien, deja en un segundo plano esa complicada coyuntura, aun siendo lo que realmente motiva el relato. Rápidamente, describe el afable entorno familiar en el que los lazos afectivos cobran mayor fuerza ante tal tesitura.

Liga episodios en los que aborda con notas de humor los encuentros paternofiliales. Minimiza las asperezas y recurre a elementos curiosos. Las excursiones a la playa y los bailes en casa de la resignada abuela manifiestan esa intención. El alma en pena de una tía difunta que deambula por el comedor supone otro claro ejemplo del tono desenfadado dominante.

La directora Klaudia Reynicke recupera sus propios recuerdos y se percibe el cariño que ha volcado al coescribir el guion. Se advierte su mirada nostálgica, en la cual prevalecen las buenas experiencias que transmite al espectador. Dota de sensibilidad la vinculación con ese padre que va y viene contando unas fantasías increíbles. Únicamente en los últimos minutos surge la tensión, que acierta a desbravar finalmente para poner el broche adecuado.

Gonzalo Molina llena la pantalla por el desparpajo que exhibe. Las jóvenes debutantes Luana Vega y Abril Gjurinovic muestran una convincente desenvoltura. Jimena Lindo también está a la altura ejerciendo de madre preocupada, mientras que Susi Sánchez impone su oficio en sus apreciables intervenciones.



Reinas, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0






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