Thriller policíaco cuyos
elementos diferenciales vienen marcados por los escenarios en que se
desarrolla. Las calles y gentes de La Habana se convierten en un singular
envoltorio formal para una intriga que maneja lugares comunes del género desde
un guion que paulatinamente va perdiendo su capacidad para sorprender.
El protagonista es un
inspector que se presenta con rasgos clásicos: un tipo desnortado
sentimentalmente, aficionado a la bebida y que ha enterrado su vocación de
escritor. Casualmente, un día conoce a una bella mujer de la que se enamora al
tiempo que le encargan la investigación del asesinato de una joven profesora
del instituto donde él estudió años atrás.
El paseo por los bajos
fondos, la progresiva aparición de sospechosos y la manera en que la trama abre
otros cabos vinculados al tráfico de drogas en una escuela van dotando a la
historia de una entidad apreciable, aunque nunca acaba de eclosionar
completamente e incluso su resolución es más blanda de lo que cabría esperar.
Por otra parte, no descuida la relación del detective con esa misteriosa femme fatale que ha aparecido en su
vida.
Gran parte de los méritos de
esta película pasan por la manera de retratar distintas atmósferas que conviven
en la capital cubana, desde los suburbios a las casas humildes y la impronta
desenfadada que caracteriza a sus habitantes, poniendo unas notas de
costumbrismo local de las que se beneficia la narración.
Jorge Perugorría realiza una
elogiable interpretación, volviendo con fuerza a las pantallas españolas para
reivindicar su talla actoral. Le acompañan, entre otros, Juana Acosta, que pone
las gotas de sensualidad y seducción que precisa su personaje y Vladimir Cruz
(‘Fresa y chocolate’) en un rol demasiado seco.
Aunque se echa en falta
algún giro impactante, especialmente en el desenlace, se puede considerar como
un film que se mueve en una apreciable corrección y con el que su director,
Felix Viscarret, hace gala de una notable realización, dejando mejores
impresiones de las que pudiera merecer sobre el papel.
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