Interesante película española
que logra maximizar sus limitados recursos gracias a que acierta al conjugar en
clave de comedia agridulce una pequeña trama con ciertas gotas de suspense con
un trasfondo social actual que encarnan dos padres de familia en una delicada
situación.
El guión sabe tomar la medida
adecuada de cada ingrediente para componer una historia en donde se equilibran
momentos duros con otras situaciones en las que la sencillez e ingenuidad de
los personajes invitan a esbozar una sonrisa.

El relato fluye con una
absoluta naturalidad y alcanza sus puntos álgidos a la hora de hacer aflorar
las debilidades de estos personajes cuya codicia se ve agravada por la
desesperación que padecen, además de ironizar con los intentos de introducirse
en un mundillo peligroso que no es el suyo.
Valores como la amistad, la
familia y la lealtad a uno mismo laten en el fondo de esta intriga que no está
exenta de sorpresas y de un desenlace que se antoja incierto al quedar a
expensas de lo influenciable y maleable del ser humano.
Las interpretaciones de Paco Tous y Miguel de Lira rayan a un
nivel extraordinario y resultan acreedoras de los mayores elogios, al punto de
que no sería de extrañar el hecho de que estuvieran nominados a los Goya el
próximo año, aunque merecerían un galardón ex aequo.
En segundo plano, no tienen desperdicio las intervenciones de
Unax Ugalde que consigue dar a su papel el tono antipático que pretende, una
sufrida Marisol Membrillo y del joven Manuel Lozano (‘La Lengua de las
Mariposas’) que vuelve a la gran pantalla.
El
premiado cortometrajista Alejandro Marzoa es otro de los debutantes de este año
que ha hecho suficientes méritos para atender a sus próximos proyectos.
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