martes, 19 de agosto de 2025

MI POSTRE FAVORITO

 

Los artífices del notable drama iraní El perdón (2020), Maryam Moghadam y Behtash Sanaeeha, se pasan a la comedia romántica otoñal con la misma eficacia. Quedarse únicamente con esta etiqueta es insuficiente. Si bien se pueden identificar los lugares comunes del género, su tratamiento poco tiene que ver con los tópicos habituales. Además, ofrece con diversos detalles un retrato social elocuente al que incorpora unas sutiles notas críticas. Tal atrevimiento les ha costado a sus directores una condena judicial de las autoridades islámicas.

Pese a la distancia geográfica y cultural que nos separa del país asiático, aborda situaciones e inquietudes universales. Les insufla unos aires vitalistas y entrañables que reivindican las segundas oportunidades afectivas a cualquier edad. Siendo recomendable en general, cabe intuir que gustará especialmente al público más adulto.

Hace 30 años que Mahin enviudó y después su hija emigró a Europa. Ahora siente la necesidad de tener compañía e incluso sueña con reencontrar el amor. No le importa desafiar los prejuicios y dogmas que ha extendido el régimen teocrático. Cuando se cruza con Faramarz, un taxista divorciado, decide seducirlo a toda costa. No tarda en solicitar sus servicios y durante el trayecto que recorren juntos surge la chispa. Comienza así una velada prometedora en la que recuperarán sensaciones olvidadas.

MI POSTRE FAVORITO

La soledad en la vejez y las ganas de vivir impulsan las acciones de los protagonistas. Su esencia argumental guarda parentesco con otros títulos muy aplaudidos. Elsa & Fred, Gaza mon amour y 23 paseos serían unas referencias válidas.

Describe rápidamente las circunstancias y las rutinas de esta enfermera jubilada, aplicando un tono cotidiano. Los jocosos diálogos que surgen en una reunión con sus amigas avanzan el cariz del filme. En esos prometedores preámbulos no faltan los elementos costumbristas ni unas pinceladas nostálgicas que el guion vincula con sus intenciones de denuncia.

Al centrar definitivamente la historia, impulsa la improvisada relación entre los dos desconocidos apelando a sus deseos tanto tiempo reprimidos. Con la inhibición que proporciona el vino, liga comentarios y anécdotas hilarantes. Los desengaños sufridos, los achaques que padecen y el deterioro del físico son tratados con desenfado. En los compases finales sorprende con un giro inesperado.

Los veteranos Lili Farhadpour y Esmaeel Mehrabi completan unas interpretaciones irreprochables. Ambos actores se mueven con naturalidad y transmiten una cercanía que engancha.












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