martes, 15 de abril de 2025

LA FURIA

 

Ángela Cervantes, galardonada en el Festival de Málaga por este trabajo, ofrece un recital interpretativo extraordinario. Nos mete de lleno en las terribles tribulaciones de la protagonista Su indiscutible implicación eleva la calidad del guion, no exento de detalles talentosos, aunque con algunos excesos evidentes. Asistimos a una puesta en escena enérgica, que puntualmente incorpora unos artificios metafóricos de eficacia desigual. Ello contrasta con la absoluta naturalidad que destilan las secuencias familiares. La intensidad que adquiere el relato y la agilidad del montaje permiten transigir con sus licencias cinematográficas.

Alex termina la Nochevieja en el piso de una amiga con todos sus colegas. Allí coincide con invitados a los que no conoce. La felicidad del momento se rompe cuando es brutalmente violada en un cuarto, sin que pueda identificar al agresor. Desde ese instante se verá invadida por la frustración y la rabia. Inicialmente, le oculta lo ocurrido a su impulsivo hermano, que al enterarse reacciona de la peor manera. Mientras, la joven actriz intenta prepararse para el casting de Medea.

LA FURIA

Los potentes minutos iniciales apuntan el drama desgarrador que va a desarrollar. La directora Gemma Blasco recrea la secuencia crucial del filme con el mayor tacto posible, evitando herir sensibilidades; aun así, resulta altamente impactante. Seguidamente profundiza en la aflicción y el desequilibrio psicológico que sufre la víctima. Acerca el espectador a la montaña rusa de reacciones desoladoras que experimenta. Puede extrapolarse ese estado de angustia permanente a cualquier mujer que haya sido atacada sexualmente.

Integra convenientemente los ensayos de teatro en esa vorágine emocional. La obra escogida facilita el desahogo de los pesares acumulados. La ira contenida recorre la cinta hasta que estalla en los compases finales. Por otra parte, introduce elementos alegóricos y aspectos íntimos que rozan lo escatológico.

Liga la contundente resolución con un epílogo que abre la puerta a diversas reflexiones.

Refuerza las sensaciones desasosegantes mediante el uso que hace de la luz y la fotografía. La misma función cumple la música, que aparece intermitentemente.

Àlex Monner, también galardonado en el certamen malacitano como mejor actor secundario, convence en un papel sumamente desagradable y nada empático. Con menos presencia, merecen atención las intervenciones de Eli Iranzo, que ejerce de madre.



La furia, ec críticas by Eduardo Casanova is licensed under CC BY-SA 4.0




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