El choque de culturas, un argumento frecuente en nuestro cine después del éxito de Ocho apellidos vascos (2014), sirve de pretexto a esta desternillante sátira social. En clave coral y sin excesos grotescos, nos encontramos ante una buena comedia, donde todos los personajes aportan algo al simpático retrato de aires costumbristas que presenta. Recorrido por matices mordaces y notas románticas, divierte de principio a fin. Vicente Villanueva (Nacida para ganar, Toc Toc) se supera y firma su film más redondo, aunque haya pasado por la cartelera sin la repercusión que merece.
Carmen, madre de familia, tiene serias dificultades para pagar el alquiler del piso, situado en un barrio muy humilde; así que se le ocurre engañar a una agencia dedicada a proporcionar albergue a estudiantes estadounidenses. Finge nadar en la abundancia y logra que le asignen el cuidado de Ariel. El recién llegado pronto se percata de que nada se parece a cuanto le habían prometido. Sin embargo, le irá tomando cariño a sus anfitriones, especialmente a la temperamental Ana, pese a los diferentes desencuentros iniciales.
Conjuga con un eficaz sentido del humor la caricatura de tópicos andaluces, la mirada ácida al clasismo y a las falsas apariencias, el sinsentido de los prejuicios racistas y el uso perverso de las nuevas tecnologías. Además, a la precariedad y preocupaciones propias de quienes apenas tienen fuente de ingresos, contrapone con una sonrisa los sentimientos auténticos: el amor maternofilial, la atención a los mayores, la amistad desinteresada y el respeto a las tradiciones.
El guion se ha esmerado en la caracterización de cada uno de los participantes en esta historia. Con independencia de su mayor o menor protagonismo, siempre suman su vis cómica, alejándose de la sal gruesa. El resultado es una película fresca y a la vez de cierto aire clásico que puede disfrutar cualquier tipo de público.
Incorpora también una ilustrativa visión de las sevillanas como elemento característico de esas tierras, cuyos pasos constituyen el trasunto del romance que empuja el relato.
Se agradece que el reparto al completo esté a la altura, evitando caer en exageraciones gratuitas. De ese conjunto solvente destacan particularmente Estefanía de los Santos y Carolina Yuste, sin obviar las agradecidas intervenciones de Manolo Solo y María Alfonsa Rosso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario